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Trabajo Social Clínico

Algunos conceptos claves

El TSC es una práctica especializada del trabajo social, en estos monográficos vamos a profundizar sobre sus diferentes aceptaciones así como sus características principales.


Ya Mary Richmond en su libro Social Diagnosis definía en el manuscrito base para nuestra profesión. Parte importante de la práctica profesional de los trabajadores sociales consistía, precisamente, en trabajar con las personas para el alivio de ese malestar psicosocial, no desde una perspectiva de patología, sino de dificultades en el proceso vital de las personas.


Northen, H. (1982). Término que denomina servicios profesionales realizados para y en nombre de los clientes cuando el objetivo es mantener y mejorar el funcionamiento psicosocial de individuos, familias y grupos pequeños. […] El trabajo social clínico no se centra en la patología. Abarca las funciones de desarrollo, prevención y terapia. Le preocupa por maximizar la disponibilidad de los recursos intrapersonales, interpersonales y ambientales para el beneficio de los clientes.


Amaya Ituarte precursora del Trabajo Social Clínico en España, en 2017 define el TSC es una práctica especializada del trabajo social y un proceso relacional y psicoterapéutico que trata de ayudar a un cliente a afrontar sus conflictos psicosociales, superar su malestar psicosocial y lograr unas relaciones interpersonales más satisfactorias, utilizando sus capacidades personales y los recursos de su contexto socio-relacional.  


Jonathan Regalado en 2019, define el TSC es una práctica especializada, cualificada y terapéutica del Trabajo Social que provee servicios directos de evaluación, prevención e intervención a individuos, grupos y comunidades, con el objeto de aumentar el bienestar psicosocial y reducir las situaciones perturbadoras del mismo. 


La Asociación Nacional Americana de Trabajo Social define el Trabajo Social Clínico en 2020 como el área de practica especializada del trabajo social que se centra en la evaluación, el diagnostico, el tratamiento y la prevención de enfermedades mentales, emocionales y otros trastornos del comportamiento. La terapia individual, grupal y familiar son modalidades de tratamiento comunes. 


El término clínico en trabajo social, igual que en otras disciplinas clínicas, tiene tres acepciones diferentes, aunque relacionadas. Un primer significado hace referencia al trabajador social que tiene la formación adecuada y realiza práctica clínica y que denominaremos, por lo tanto. Trabajador social clínico o simplemente clínico. La segunda acepción tiene que ver con aquello que constituye el objeto de la práctica clínica: en este sentido, hace referencia al conjunto de las manifestaciones del malestar psicosocial del diente que solicita ayuda. Por fin, en su tercera acepción trata del ejercicio práctico, la intervención directa con el cliente. Lo que llamamos acontecer clínico o práctica clínica.


Una de las características de la práctica del trabajo social que lo distingue del trabajo clínico de otros profesionales es la preocupación por el contexto social. La modificación de la situación social es un medio para alcanzar los objetivos.


Como consecuencia de ello, no es posible planificar intervenciones clínicas en serie. Aun para situaciones aparentemente iguales, habrá que planificar intervenciones singulares, de acuerdo a la realidad psicosocial de las personas con las que se realiza dicha intervención. Sin embargo, la realidad de cada uno de ellos es diferente, atendiendo, tanto a-las circunstancias personales (físicas, psicológicas, psicosociales, culturales. Laborales, económicas…) como a los contextos relaciónales (existencia o no de red de apoyo familiar o de amigos, posibilidad de acceder a otros apoyos externos, recursos propios o del contexto, etc.)


Cualquier situación generadora de malestar impacta sobre lo que hace (sistema conductual), lo que sentimos (sistema afectivo), nuestro cuerpo (sistema somático), nuestras relaciones (sistema interpersonal) y lo que pensamos (sistema cognoscitivo), Como ya señaló Lazarus, R. (1980). The Stress and coping paradigm. En Bond, L. y (eds.). Competence and coping during adulthood. New Hampshire: University Press of New England.


Considerar esta subjetividad en la propia experiencia de sufrimiento nos invita a pensar la práctica del trabajo social desde otra perspectiva. Esta va más allá de la lógica del suministro de servicios y prestaciones que ha caracterizado la expansión de los sistemas de protección social. Nos invita a profundizar en dimensiones de escucha, de comprensión y de intervención en las cuales la relación con nuestros clientes (personas que sufren) necesariamente puede y debe transcurrir teniendo en cuenta sus relaciones, pensamientos, creencias y valores, sus conductas. Emociones y sentimientos y su salud, además del significado y de la explicación que da cada persona a su experiencia de malestar.

El objeto de la profesión, además, aporta claridad en cuanto a los límites con otras disciplinas y las funciones y competencias qué nos son propias y/o exclusivas, ingrediente de suma utilidad en el contexto de nuestro país, donde aún hemos de luchar por el reconocimiento como profesión capacitada para desempeñar la práctica clínica. En este sentido, el objeto de la profesión nos permite afirmar, sin lugar a equívoco’ que lo subjetivo y psicológico es asunto del trabajo social, lo objetivable y sociológico también es asunto del trabajo social y que lo que nos distingue del resto de profesionales dedicadas a la interacción entre las personas y sus entornos a través de métodos diversos, entre los cuales se encuentra, aunque no exclusivamente, la psicoterapia.

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